Cómo almacenar el café: trucos y mitos a desmentir
Un aroma inconfundible el del café que a todos los aficionados les encanta sentir en sus fosas nasales al abrir una nueva bolsa. Un sabor fuerte, con cuerpo y envolvente, pero a la vez fugaz. ¿Sabes cómo almacenar el café?
El olor a café intenso es lo que los amantes de esta bebida querrían encontrar en cada taza preparada en casa. Pero esto no siempre sucede y muchas veces el aroma original del café no solo se disipa, sino que cambia con el tiempo .
Entonces, ¿cómo evitar todo esto? Aprende a almacenar el café de forma correcta.
En esta guía (válida tanto para el café molido como para el café en grano ) explicaremos cómo conservar el café en casa , de forma que se mantengan intactas las características organolépticas de la mezcla, explicando las técnicas realmente eficaces y las que, por otra parte, son nada más que falsos mitos.
El primer verdadero secreto.
Para entender cómo almacenar el café en casa es fundamental partir del origen, es decir, desde el empaque del café, lo que se hace en el tueste para encerrar todos los aromas puros y naturales de los granos recién tostados.
El problema surge cuando se abre el paquete: es aquí donde el café entra en contacto con el aire, la luz, el calor y la humedad, agentes que provocan un cambio en sus características organolépticas.
¿Cómo entonces tratar de preservarlo el mayor tiempo posible? La primera y fundamental acción radica en la elección de los paquetes a comprar. Tienes que elegir los que sean adecuados para tu consumo, sin comprar envases demasiado grandes sino prefiriendo los más pequeños, de 250 g o incluso menos.
De esta manera el paquete permanecerá abierto por un corto tiempo, conservando así los aromas. Este es el secreto: consumir el café en poco tiempo , máximo 2-3 semanas después de abierto.
La importancia del embalaje.
Como decía, el empaque del café es muy importante, es aquí donde está contenido todo su corazón y aroma. Hay dos tipos de envases disponibles en el mercado: al vacío y en tarros . Ciertamente el primer método es el más extendido así como el más cómodo, ligero y fácil de manejar así como de desechar en la basura.
Sin embargo, hasta el tarro tiene sus cualidades, ya que se puede reutilizar y no necesita utilizar otros recipientes para su almacenamiento una vez abierto. Ambos son muy seguros, nunca transparentes, y mantienen el café alejado de la luz y sobre todo del aire que es el que más daña el aroma.
Otra cosa muy importante del empaque es la protección del café de otros olores. La mezcla, de hecho, tiende a absorberlos fácilmente.
El aire y la humedad son los mayores enemigos de la mezcla que sufre fácilmente su acción. Cada vez que se abre el paquete, están listos para colarse y causar daños. Además, se deben evitar los cambios bruscos de temperatura.
Dónde y cómo se almacenar el café
Por todo ello es fundamental conservar el café en un lugar fresco y seco, como siempre se indica en el empaque. La temperatura ideal para almacenar el café es entre 15 y 25 °C, sin humedad excesiva (máximo 50%).
El de tarro puede quedar en su envase original, el de vacío también, pero mi consejo es que lo pongas en un recipiente no transparente con cierre hermético . Los materiales no son indiferentes: mejor los de hojalata, vidrio aámbar o cerámica, que ayudan tanto a preservar el café de la luz como a protegerlo del contacto con el aire y otros olores que podría absorber de inmediato.
¿Se puede guardar el café en la nevera o en el congelador? Absolutamente no
De hecho, el café sufre por el calor, pero también por el frío excesivo y los cambios de temperatura. Tomarlo y volverlo a meter en la heladera cada vez no solo lo sometería a este cambio de temperatura, sino que crearía condensación dentro de la jarra y esto dejaría al café a merced de la degradación porque, como te expliqué, la humedad es una de ellas de los principales enemigos la buena conservación del café.
Otra cosa que absolutamente no se debe hacer es insertar elementos dentro del café. Hay algunas costumbres que recomiendan colocar un corcho o cáscara de manzana dentro de la jarra para mantener la humedad natural del café. Otra práctica incorrecta y que debe evitarse .
Por último, un pequeño paréntesis sobre la fecha de caducidad del café presente en todos los envases. La fecha indicada hace referencia al periodo dentro del cual se recomienda consumirlo, normalmente fijado en el año de molienda.
En sí, el café nunca caduca , porque es un producto seco. Esto quiere decir que pasada la fecha de caducidad el café se podrá consumir sin problemas porque no se fermenta, pero seguro que no estará en su mejor estado, habiendo perdido casi seguro su sabor, aroma, color y textura.
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